El comienzo de la evangelización, fiel al mandato de Jesucristo, se debe a la actividad de los apóstoles y sus inmediatos sucesores o colaboradores, y se realiza en torno al Mediterráneo. Los primeros cristianos fueron excluidos por el judaísmo y perseguidos por el mundo pagano. Con la llegada de la paz constantiniana la Iglesia conocerá un desarrollo, lográndose implantar en las primeras ciudades orientales del Imperio y en su capital, Roma.

Desde las primeras ciudades orientales, la Iglesia católica tuvo que organizar el culto y la liturgia, la forma de gobierno y sus normas y cánones, así como ir definiendo la fe cristiana en los concilios celebrados. Pronto sobresalen algunas ciudades por su relevante posición imperial al mismo tiempo que reclamaban su fundación apostólica.

Sin embargo, la gran separación eclesial entre Oriente y Occidente, que ya se venía gestando siglos antes, ocurre a comienzos del segundo milenio por la ruptura de la comunión eclesial entre los patriarcados orientales y la Sede romana. Se suele dar la fecha del año 1054, pero en realidad esta separación no tiene fecha exacta y una causa concreta, sino que la separación es manifiesta en la época de las cruzadas frente al Islam en que intervienen un conjunto de causas.

¿Cuáles fueron los motivos de esta ruptura entre los cuatro patriarcados orientales y el único patriarcado occidental? No eran cuestiones de fe, aunque se esgrimió la disputa sostenida sobre el Filioque; cuestiones políticas (como el traslado de la capital imperial, o las invasiones de bárbaros en Occidente y de musulmanes en Oriente), disciplinares (el derecho romano y el justiniano pusieron las bases de la diferente organización, mentalidad y normativa) y eclesiales (una configuración de la Iglesia que entendía de diferente manera la autoridad del obispo de Roma).

La separación en bloque de todas las Iglesias orientales y el anhelo de unidad con la Sede romana ha motivado que algunos fieles y pastores, conservando todo el patrimonio oriental, hayan alcanzado la unidad plena con la Iglesia de Roma. Estas uniones parciales, sin esperar a la unión de toda una Iglesia oriental con Roma, ha producido algunos roces en las relaciones fraternas entre ellas.

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